lunes, 19 de mayo de 2014

Prisioneros de esta educación que solo deforma.


Soy profesor asociado al Departamento de Derecho Procesal de la Universidad de Alicante y recientemente he tenido la suerte de impartir, más bien compartir, un practicum con los alumnos de Derecho Procesal. Y digo suerte porque aunque salí de la Universidad hace 19 años, es una satisfacción para mí el continuar en contacto con ella desde hace unos diez años gracias al Departamento de Derecho Procesal y a estos practicums, donde tengo la oportunidad a través de ellos de poner mi granito de arena en motivar y empujar a esta gente, el futuro inmediato, a que una vez acaben la carrera se armen de valor, energía y decisión, rompan este fortín de la educación para salir ahí fuera a comerse el mundo sin ningún miedo ni duda. Y digo esto desde la añoranza personal, pues desde que formaba parte de ella como alumno, desde entonces, siempre he soñado con una Universidad mucho más cercana con el día a día, que haga ver lo que hay ahí fuera como una realidad palpable o, incluso, como un sueño que cumplir a toda costa, y no como algo tenebroso e incierto que nos sirva de consuelo para no actuar y encogernos. Hoy en día ya hay Departamentos como el mío que dan pasos en ese sentido, aunque si he de ser sincero, sigo soñando con ello porque queda mucho camino por recorrer.

Dos preguntas impactantes abrieron mi intervención:

¿A cuántos de vosotros os gustaría crecer como personas y futuros profesionales?

¿Y a cuántos de vosotros os gustaría que ese crecimiento os hiciera ganar mucho dinero y vivir muy bien?

Con ellas quería llamar la atención de los alumnos, pero principalmente anticiparles un practicum muy distinto a la clase habitual y clásica. Ese fue el primer mensaje que traté de darles a mis futuros colegas, “competidores”, Jueces a los que pediré Su Venia para intervenir o, por qué no, licenciados en derecho que se dedicarán a la Banca, a opositar, o a montar un negocio de peluquería por ejemplo. Incluso a empezar una nueva carrera como Medicina para cumplir su sueño de ser cirujano. Esto último fue lo que me manifestó con ilusión una de las alumnas.

viernes, 9 de mayo de 2014

La confianza en los negocios es como el amor. Existe hasta que se vuelve contra ti.

Hay muchas profesiones cuyos servicios se basan en el día a día en la confianza. Una de ellas es la telefonía, sobretodo la telefonía móvil. Sin embargo esa confianza que al principio lo es todo para la relación profesional-cliente, finalmente puede terminar convirtiéndose en una arma arrojadiza contra el propio profesional.

Eso es precisamente lo que ha pasado en uno de los asuntos que llevamos en el despacho. Una persona, que tiene una relación más allá de lo profesional con un gestor de telefonía acude con su pareja al dicho gestor para que le consiga lo que a día de hoy es deseo y objetivo de cualquier usuario de telefonía: conseguir gratuitamente un terminal de telefonía de alta gama, si puede ser, como no, un iphone 5 o un Samsung Galaxy S4, y además que tenga una tarifa lo más barata posible.

Abogado privado a coste 0

Acabas de tener un accidente de tráfico y te asaltan las dudas y preguntas: ¿Tengo que llamar a la policía? ¿Cómo se rellena un parte amistoso de accidente? ¿Debo ir al médico inmediatamente o llamo antes a la compañía de seguros? ¿Reparo el coche en cualquier taller o debo esperar a ver qué me dice la compañía?¿Debería poner una denuncia?¿Qué cantidad puedo pedir por el accidente sufrido y quien me la pagará?

En estos casos, habitualmente, es tu compañía quien suele asignarte un abogado, y como no, intentas que ese abogado sea la solución a todos tus problemas, pero no es así. No tienes forma de dar o reunirte con él unos minutos, te das cuenta que tu relación con él no es lo bastante cercana. De hecho, existen casos en los que ni siquiera llegas a conocer a tu abogado. Y, aunque agradeces el gesto de la compañía de ponerte un letrado comienzas a pensar que, en el fondo, no es tu abogado de confianza, sino más bien el de la aseguradora. Que esta es su verdadero cliente.
     
Y es entonces cuando te planteas lo siguiente ¿puedo elegir yo mismo un abogado para que me lleve el accidente?, pregunta que a continuación descartas ya que supones que este abogado te generaría un gasto y además importante. Pues bien, deberías saber que en estos casos también tienes derecho a designar a un abogado privado, y de confianza, que tú elijas. Y que ese Abogado que elijas es también gratuito, ya que sus honorarios serán satisfechos por tu propia compañía de seguros en base al seguro que tienes concertado con ellos, en concreto a la cobertura de defensa jurídica.